Glamour a los pies del malecón habanero es el sello que distingue al majestuoso Hotel Nacional de Cuba, joya arquitectónica capitalina, símbolo y referencia de hotelería en el Caribe.
Inaugurado el 30 de diciembre de 1930, el inmueble de ocho pisos y estilo español, se yergue en la cima de una colina que da al Malecón. Debido a su magnífica ubicación, los huéspedes que allí se hospeden podrán disfrutar de espléndidas vistas panorámicas de la Habana Vieja y el Vedado.
Los amplios jardines que rodean al Hotel son un sitio formidable y acogedor para descansar tras un día de exploración por los centros de interés de la ciudad, o simplemente un lugar excelente para saborear una bebida contemplando la enorme expansión del Mar Caribe.
Atrapan la atención del visitante: las galerías de los jardines que recuerdan los claustros monásticos de arcadas hispano-morunas; la planta principal semejante a tres naves paralelas de una iglesia del medioevo, o las vigas simuladas del techo que rememoran un viejo monasterio catalán con reminiscencias árabes.
La arquitectura ecléctica matizada por el Art Deco o lo neoclásico y neocolonial de sus diseños y la acogedora Suite Presidencial explican la visita, época tras época, de personalidades del arte, la literatura, la política, el comercio, la ciencia y los negocios, de la talla de Walt Disney, Frank Sinatra, Ava Gardner, el mafioso Lucky Luciano, Hemingway, Jorge Negrete y muchísimos más. Su lujo, elegancia, distinción y servicios de primera clase, se mantienen intactos después de seis décadas de liderazgo en la industria hotelera cubana. Es un sitio de visita obligatoria si llegas hasta La Habana, no olvides esta sugerencia del Hostal Familia García Morales
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